Ir al contenido principal

Adiós con clase


Son las 10 de la mañana, hora de dar el último sorbo a mi café. Saco de mi portafolio el material de clases; recuerdo que un día como hoy llegué a estos espacios a mostrar mis habilidades y conocimientos para arropar a nuevas generaciones.
Entro al aula como tantas veces pero se que será una de las últimas veces que te vea. ¿Será?.
Cincuenta minutos. Tres mil segundos para generar la confianza de que todo es posible. Una hora menos diez minutos que se va como el agua. ¿Qué quería? Que lo entendieras, ¿qué buscaba? Que lo tomaras en cuenta, ¿qué logré? Sólo alejarte.
Bien lo decía “El Mono” cuando me veía “desenfocado” como aquella mañana que estábamos parados a las afueras de la extinta automotriz que ahora es un casino: ‘Allá afuera está la vida’. Y le hice caso. De momento no sabía que rumbo llevaba pero confiaba, entendía e iba logrando peldaño a peldaño creer en mí como quise que tu creyeras en ti.
El destino te trajo aquí, nos cruzó aquí. En algún texto perdido de mis tantos apuntes y sitios favoritos guardados en el historial del explorador de Internet de mi PC (mi pinche computadora diría “El Alets”) leí alguna vez que las personas denominadas INDIGO éramos ángeles humanos; tal vez eso quería decir que yo tenía la encomienda de ser “tu ángel” pero…
La clase sigue. No logro captar tu atención, no tengo los elementos para hacerte notar que esta historia se termina, que cincuenta minutos no me bastan para ocuparme de que seas alguien, de que seas tú.
Estoy ya a escasos minutos de dejar ese espacio. Unos lo saben, otros no. Tu lo sabes pero finges que no, ¿y por qué? Según tu porque lo único que te importa es que acabe, que termine como sea y mírate; tal parece que en ese espacio lejos de avanzar, de trascender, te detienes, te esfumas. Tu sonrisa no es la misma, tu mirada perdida denota cierta tristeza, o tal vez el agónico final que según tú me espera.
Momento. No soy yo a partir de ti. Era sólo que entendieras que “guiar la mente hacia” no era otra cosa que orientar al propósito. Pero que importa, nunca es tarde para aprender, para evolucionar y trascender.
¿Que si te quiero? Sí. ¿Qué si vale la pena? Sí. El problema es que en casi cincuenta minutos no lo logré, no entendiste o yo que sé. Cierro la puerta. Tengo la esperanza de que esto tenga solución algún día. La tuvo instantes después en un saludo forzado (¿por las circunstancias?) pero lo recibí con gusto porque al fin y al cabo alguna vez YO TAMBIÉN FUI ESTUDIANTE.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Único

Ella siempre ha sido parte de Yo, una mujer excepcional. Esta historia comienza con un hombre al que llamaremos "Yo" y una mujer a la que llamaremos "Ella". Yo, es un apasionado de la lectura, un hombre de complexión media, cabello largo y de ideas claras. Entre sus convicciones están que "los enanos no crecen" y ser un "extremo izquierdo pegadito a la banda". La historia se centra en una etapa de despegue de Yo. Corre el año 2006, mayo, un mes muy importante para Yo no sólo por el Día de las Madres. Sabía que en ese mes hacía ya 47 años, en el seno de una familia de origen humilde, había nacido el héroe que lo impulsaba a diario, el primer maestro que le instruyó en el andar por la vida. Mejor conocido en su pueblo natal como Beto, un hombre entregado a sus raíces y a su pasión por la música, ese maestro siempre estuvo al tanto de Yo. En los primeros detalles que tuvieron que ver con las convicciones de Yo, Beto estaba presente. Le incul

El arraigo a un trabajo (a propósito de cultura laboral)

D espués de tres meses y siete días de no aportar nada a este espacio me doy la oportunidad de reinventarme y hablar un poco sobre la cultura laboral. En mi experiencia, un trabajo no es una obligación, es un medio para alcanzar un fin. En este momento me llegó la cuenta de las tres palmadas. Creí que este momento jamás llegaría y aqui estoy, son ya con esta tres ocasiones las que piso, palpo y siento este espacio (agradeciendo en cada etapa a gente como Constanza Camacho Herrera, Alejandra (te quiero Mott) y a mi hermano Juanito Palma). Ahora es distinto. Ya no hay música por todos lados, ya no hay máquinas de prensa en este espacio. Lo que hay es un espacio ciber laboral que hay vuelto el proceso más competitivo (al menos al interior) pero estos años dentro de la empresa me han forjado un caracter más fuerte y un criterio más amplio. Ahora las palmas se las llevan otros que también tienen su valia en este proceso. En primera instancia Lalo por su don de gente, mi comadre por estar si

Como no te voy a querer (o la historia de un destino marcado)

B ueno ya tenemos campeón del Clausura 09 y eso me motiva a contar la historia que muchos ligan a que yo soy azulcrema nomás por herencia. He de decir que estan en un acierto aquellos que así lo piensan y afirman pero también quiero contar que cuando estaba en el ultimo año de primaria yo tenía que terminar mi tarea rápido y bien ya que a las tres jugaban unos jóvenes entusiastas que nuestro profesor decía que eran un ejemplo porque estudiaban y practicaban un buen futbol. Fue entonces cuando me llamó la atención el equipo que conformaban figuras como Jorge Campos Navarrete, Juan Carlos Vera, Jorge Santillana, Luis García, David Patiño entre otros (campaña 91-92). Entonces este equipo era un motivo para mis buenas notas y comer mi sopa de fideo los viernes a las tres, hora en que la extinta IMEVISIÓN transmitía sus partidos con narración de Don Fernando Marcos y el señor La Madrid, que con base a su experiencia ilustraban y educaban a la vez sobre el juego de los Pumas y su cantera, pe