Ir al contenido principal

Cuando la guerrilla se vuelve una batalla

El marketing de guerrilla es sin duda uno de los elementos a considerar dentro del posicionamiento de una marca ya que hay que defender los atributos y beneficios que nos genera ésta.
La marca está representada por el producto y/o el servicio y por lo tanto hay que cuidar estos aspectos para poder defenderla.
Sabemos que lo que fabricamos es producto (no crea que es redundancia sólo es recordatorio) y éste ya ha sido previamente visualizado a través de una estrategia de venta, ya se ha tomado en cuenta un target o público objetivo, las costumbres del usuario, sus necesidades, las escalas mentales de nuestro consumidor final, nuestros mercados real y potencial, las 4 p's, el volúmen de venta, las participaciones de mercado esperadas, etc.
Pongamos a prueba que si usted no ha tomado en cuenta esto, es porque sólo quiere vender el producto mas no la marca.
Si vamos más al fondo del asunto nos encontramos que usted al dimensionar su empresa (que al fin y al cabo es la que sostiene su marca) la ve como un changarro, un negocio o simplemente un puesto. Déjeme decirle que desde ahi empezamos mal.
Su empresa no consiste en el espacio físico que ocupa, está constituida en los alcances que usted proyecte de la misma; o sea, su empresa es tan grande como las expectativas que le genere a usted.
Con relación al servicio quisiera acotar que es la parte más importante para la defensa del producto. Cuando usted va al restaurante y le dan la sopa fría y con cara de pocos amigos, seguro pensará dos veces en regresar a ese restaurante que en muchos años fue el más visitado por usted. ¿Qué pasó? Es muy simple. La escala mental que tenia del restaurante era demasiado alta porque nunca le habían fallado en el servicio. El servicio es como la envoltura del chocolate que tanto nos gusta, es como ver a la mujer de nuestros sueños con el vestido de noche que la hace verse más atractiva e interesante. Es el asunto que motiva a seguir o detenerse, el arriesgar o quedarse. Pero el servicio como "envoltura" de nuestro producto depende de muchos factores y circunstancias. Desde un saludo cortés de una hostess, o la cordialidad del mesero o empleado de mostrador que hasta nos ilustra sobre los beneficios del producto (no importa si nos muestra todos los tamaños, resistencia, colores, sabores o nieveles de protección, sólo el cómo su ingenio es básico para cerrar una venta) todo eso es parte del servicio y por lo tanto haga lo que haga esa persona encargada del servicio repercutirá de manera directa en como posicionen los usuarios nuestra marca.
El objetivo del marketing de guerrilla debe ser resaltar nuestra marca gracias a la representatividad del producto y al servicio que se nos proporcione al adquirir o simplemente pedir información sobre el producto, porque si usted sólo desprestigia a sus competidores para ganar adeptos, estará librando una batalla pero nunca ganará la guerra.
En estos tiempos de propaganda electoral es común ver, escuchar o leer sobre los errores de tal o cual candidato o partido, en ese sentido los partidos (que aquí son la marca) deben cuidar y mostrar los beneficios que otorga su producto (el candidato) y saber que las promesas de éstos son sólo objetivos a corto plazo sobre los que se fundamentarán sus hechos (servicio).
Así que buscar más batallas no tiene sentido dentro de una nación incrédula al ver batallas a diestra y siniestra; hay que formular estrategias para salir victoriosos en esta guerra que se nos plantea porque ahora México ha perdido su valor de marca gracias a su "batalla" de la influenza, lo que nos obliga a buscar productos para levantar nuestra economía, y aunque se nos lancen granaditas de VIVE MÉXICO hay que pensar en campañas mejor realizadas porque nuestro plus siempre será la unión y la calidez del pueblo mexicano porque ese... ese es nuestro mejor servicio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nubes (la luz al final del túnel)

“Parecemos presos y como presos pensamos escapar uno del otro y cometer la fuga” versa el poema Caifán “Nubes”.  En este momento en el que una pandemia nos transformó y una creciente violencia en México que parece no tener fin nos aterra, técnicamente deberíamos ser más solidarios y conscientes de que cada uno de nosotros tiene una batalla por biblioteca día a día. Hay quien tiene empleo pero no es remunerado de acuerdo a sus tareas y capacidades; hay quien no lo tiene y lo está buscando, hay otros que aunque no lo tienen no les interesa buscarlo lamentablemente, es cuestión de perspectivas. También es cierto que en estas circunstancias hay quienes ven oportunidades y quienes sienten que se hunden a pesar de que hacen diferentes esfuerzos para salir a flote. Este tiempo debe servirnos para aprender a pensar, estar abiertos a las ideologías iguales o diferentes a las nuestras pero que en los dos casos suponen un crecimiento de nuestra sociedad. Hay quien aun no se repone de la muert...

Adiós con clase

Son las 10 de la mañana, hora de dar el último sorbo a mi café. Saco de mi portafolio el material de clases; recuerdo que un día como hoy llegué a estos espacios a mostrar mis habilidades y conocimientos para arropar a nuevas generaciones. Entro al aula como tantas veces pero se que será una de las últimas veces que te vea. ¿Será?. Cincuenta minutos. Tres mil segundos para generar la confianza de que todo es posible. Una hora menos diez minutos que se va como el agua. ¿Qué quería? Que lo entendieras, ¿qué buscaba? Que lo tomaras en cuenta, ¿qué logré? Sólo alejarte. Bien lo decía “El Mono” cuando me veía “desenfocado” como aquella mañana que estábamos parados a las afueras de la extinta automotriz que ahora es un casino: ‘Allá afuera está la vida’. Y le hice caso. De momento no sabía que rumbo llevaba pero confiaba, entendía e iba logrando peldaño a peldaño creer en mí como quise que tu creyeras en ti. El destino te trajo aquí, nos cruzó aquí. En algún texto perdido de mis ta...

Único

Ella siempre ha sido parte de Yo, una mujer excepcional. Esta historia comienza con un hombre al que llamaremos "Yo" y una mujer a la que llamaremos "Ella". Yo, es un apasionado de la lectura, un hombre de complexión media, cabello largo y de ideas claras. Entre sus convicciones están que "los enanos no crecen" y ser un "extremo izquierdo pegadito a la banda". La historia se centra en una etapa de despegue de Yo. Corre el año 2006, mayo, un mes muy importante para Yo no sólo por el Día de las Madres. Sabía que en ese mes hacía ya 47 años, en el seno de una familia de origen humilde, había nacido el héroe que lo impulsaba a diario, el primer maestro que le instruyó en el andar por la vida. Mejor conocido en su pueblo natal como Beto, un hombre entregado a sus raíces y a su pasión por la música, ese maestro siempre estuvo al tanto de Yo. En los primeros detalles que tuvieron que ver con las convicciones de Yo, Beto estaba presente. Le incul...